Pasa una mosca volando, nos llega un mensaje al móvil o escuchamos un ruido cercano. Nos ataca el hambre, nos “aparecen” pensamientos diversos o no podemos dejar de mirar el reloj.
Hoy en día estamos las 24 horas del día conectados, sin importar el lugar o la ocasión.
Modera el uso de la Tecnología
El sonido de que llegó un correo o un mensaje nos desconcentra. Para enfocarnos nuevamente quizás estemos varios minutos.
Una vez que hemos perdido el “hilo conductor” de una tarea es complicado recuperarlo.
Por lo tanto, puedes definir horarios específicos para revisar tu casilla de correos o tu móvil. Lo que es urgente deberá ser comunicado de otra manera (quizás con una llamada telefónica).
Por ejemplo, trata de abrir las redes sociales solo en la hora del almuerzo y desactivar las notificaciones que te llegan al smartphone.