Hoy en día la mayoría de productos que utilizamos para el aseo diario no solamente son totalmente sintéticos sino que contienen sustancias que pueden ser dañinas para la salud, ya que muchas de ellas traspasan nuestra piel a través de los poros y llegan a nuestro torrente sanguíneo.
¿Qué necesitamos?
Bicarbonato sódico
Vinagre de manzana
Dos botellines de plástico estilo biberón
¿Cómo se prepara?
Mezclamos una cucharada de bicarbonato con un vaso de agua tibia hasta que se disuelva y con la mezcla llenamos el primer botellín. Esta primera mezcla hace la función de champú, por lo que podremos aumentar o reducir la cantidad de bicarbonato según si tenemos el cabello más graso o más seco. Cuando más graso sea, más bicarbonato añadiremos.
Mezclamos un cuarto de vaso de vinagre de manzana con un vaso de agua y llenamos el segundo botellín. Esta segunda mezcla hace la función de acondicionador, y del mismo modo buscaremos la cantidad de vinagre adecuada para nuestro cabello. Cuanto más seco sea, más vinagre añadiremos.
¿Cómo lo aplicamos?
Con el cabello húmedo aplicamos la mezcla de bicarbonato por las distintas zonas de la cabeza y masajeamos con suavidad.
Aclaramos bien con agua. Notaremos que el cabello está áspero, pero el vinagre equilibrará de nuevo su pH.
Aplicamos ahora la mezcla de vinagre, repartimos bien y aclaramos de nuevo.
Aclaraciones
Podemos añadir aceites esenciales para aromatizar o potenciar ciertas propiedades. Por ejemplo, el aceite de árbol de té nos ayudará si tenemos caspa, el de romero nos ayudará a evitar la caída, y el de lavanda relajará el cuero cabelludo y dejará muy buen olor. De todos modos, el olor a vinagre desaparece cuando el cabello ya está seco.