Cuando llega el buen tiempo muchas personas deciden broncear sus cuerpos bajo el sol, pero muy pocas conocen el origen de la pigmentación de nuestra piel. En mejor con salud os presentamos hoy unas pautas básicas para que cambiar vuestro aspecto, no conlleve ningún daño a vuestra salud.
Bebe medio vaso de zumo de zanahoria después de tomar el sol. La zanahoria estimula de forma natural la producción de melanina, facilitando el proceso de obtención de la deseada piel morena.
Extender aceite de girasol por tu piel. Si realizas ésta práctica antes de cada exposición, mejorarás los resultados. Para ello tendrás que repartirla por tu cuerpo hasta que esté completamente absorbida, y tras ello, te deberás aplicar tu protector o bronceador habitual.
Después del sol es muy importante depurar nuestra piel tras los baños solares. Una posibilidad de hacerlo es mediante baños de vapor semanales.
Aprovecha el sol con moderación. En contra de lo que la gente piensa, tomar el sol estáticamente, generalmente tumbado, no favorece el bronceado y sí puede provocarnos quemaduras.
Exponernos al sol en movimiento, por ejemplo paseando, resulta mucho menos agresivo y más saludable.