Si bien parece una tarea sencilla, en ocasiones nos damos cuenta de que cometemos algunos errores que nos pueden hacer ver mal.
Y, aunque se vale jugar con los contrastes de los tonos y los tipos de prendas, es bueno tener en cuenta algunos consejos para no caer en mezclas extravagantes o demasiado arriesgadas.
Los colores neutros: al igual que las prendas básicas, son esenciales en el armario de todas. Tonos como el blanco, el negro o el gris pueden ayudarte a lograr el look que deseas sin complicarte tanto.
La ventaja de estos colores es que se pueden combinar con casi cualquier otro tono, lo cual te permite tener más certeza del estilo que estás luciendo.
Por ejemplo, el blanco conjunta bien con los demás tonos, aunque no conviene usarlo con prendas demasiado claras.
En cambio, el negro ayuda a resaltar los tonos más apagados, y ayuda a conseguir un look sofisticado, sensual y elegante.